Publicado por mi costado optimista

Con los pies en la arena — Prosa poética, me dijeron que era…


Con los pies en la arena me despoja el día. Drogarena, silencioso elixir que alivia mis pies cansados. Sube y baja imitando al mar. Me recorre el cuerpo, que se sostiene clavado en la lisura. Me calma y a la vez, me respira.

El mar hipnotiza, es cierto. Embriaga. Eso pienso, cuando miro mareado la espuma que refleja blanca, quizá la luna. Es un ritual que se repite cada noche. De no hacerlo me vuelvo duda. Descarto toda posibilidad de seguir solo y sostengo esta afirmación, mientras menea mi pensamiento la sal de la brisa.

La caña de pescar es la pluma imaginaria que te evoca. El ensueño que aferra mi mano cuando, lejana, desconocida y ausente, me das sentido. La línea no tiene anzuelo, no hay cebo de engaños para los desprevenidos peces. Esto es entre tú y yo. Nadie más. Y es este cuadro de pescador solitario la ilusión que protege a las miradas curiosas. No es que me importe parecer un loco, sólo me inquieta causar sobresaltos. Es un juego inofensivo y, tal vez, generoso.

A lo lejos se escuchan risas; cerca, el murmullo del mar compone adorables melodías. Entonces, dibujo un rostro y una mirada para llamarte mía. Y te hablo. Me gustan las palabras que me digo cuando te hablo.

Ejercicio recurrente y provocador. Bálsamo de mi existir. Amor inventado, sórdido placer de un cansancio viejo.

El amor se parece tanto al mar… Te lleva y te trae en cada caricia. A veces golpea, ahoga, arrastra al fondo y abandona; otras, empuja a la superficie para salvar vidas. Aletarga siempre y también, sabe a resaca por la mañana.

Aunque, de poder elegir, diría que el amor es tenerte en mis brazos, una noche de mil veranos, bajo la luna.


Octubre de 2012. Escrito por mí y dibujado por vos

Nada por aquí... Nada por allá...



Hola, ¿puedo sentarme acá? ¿Mirarme mientras escribo? Sí, mirarme en las letras, saberme cerca, pensar que me tengo, que estoy, que sigo estando… no sé. ¿Puedo?

¿Qué? vas a decirme ahora que los blogs no hablan, que me volví loca y todo eso. Ya lo sé. Todo eso es todo esto. Nada. Inconmensurable e insoportable nada. Un todo lleno de nada. Que no alcanza. Que no resuelve. Que se rebalsa y que hace ruido.

Digamos entonces, que escribir es una manera diferente de hacerme compañía. De sentirme algo más viva o menos dormida o más esperanzada o, digamos, optimista, si por decir se trata esto que hago.

Pero ahora que me siento, que me veo… ahora que estoy acá con toda la esperanza de tener otra vez ganas, ahora no encuentro las palabras que venían conmigo antes de sentarme.

Me gusta estar sola, sentirme sola, saborearme, entristecerme de tan sola. Eso me gusta. Lo disfruto y me busco en la soledad para seguir estando sola. Y más me abismo en esas sombras que son mi sombra y en esos lugares, perdidos, donde me encuentro.

Creo que ser tan feliz a contramano hace que vivirme sea tan difícil.







Está bueno esto de escribir así, despreocupadamente para preocuparme...

Necesitaría un lugar donde escapar, eso necesito.

Esconderme en otro lado, no buscarme.


Perderme de nuevo así me encuentro...


No sé para qué, pero me dieron ganas.





Ah, los dibujos son de Troche ideal para noches como ésta. ¿Querés un mate?

❤♥❤Encuentos clasificados❤♥❤





TÍMIDA SAPA ESPERANZADA BUSCA SAPO SIN PANZA PARA PASAR EL INVIERNO.

Requisito indispensable: no ser sapo de otro pozo.

Abstenerse: Sapos psicópatas, sapos perversos, sapos golpeadores y sapos chorros.

Enviar foto, ficha psicológica actualizada y último recibo de jubilación a:

sapa@nsisosa.com






©Todos los derechos son míos y los izquierdos también
El dibujo no, el dibujo es de ©Fabián Rivas

Cuento y Continencia...



No había una vez, ni dos ni tres. Había vez.
Otra vez, tal vez, aquella vez.
Vez hubo, cada vez a su vez, y de vez en cuando a la vez, alguna vez.
Rara vez, todo a la vez. Al menos no esta vez. Ni esa vez. Aunque…. más de una vez ¡¡qué vez!!!
La próxima vez será la última vez.
Te lo prometo.
¡¡Maldita vez!!




©Todos los derechos son míos y los izquierdos también
El dibujo no, el dibujo es de © Fabián Rivas


Cuento Rojo Punzó















No había una vez un rojo dragón entrando por la ventana.


Había, sí, una ventana que no tiene porqué ser colorada.


Sólo ventana.


Ventana a secas y con persiana.


Capaz que veterana o gastada, algo indistinto cuando se es ventana.


Ventana abierta, generosa ventana.


Entra cualquier bicho y ella los ama.










©Todos los derechos son míos y los izquierdos también
El dibujo no, el dibujo es de © Denis Zilber



Las cosas no son lo que parecen ser...



"A diferencia de los enunciados performativos, justamente, una declaración amorosa no produce un efecto inmediato sobre el destinatario sino que espera producir una respuesta". (Dardo Scavino en La filosofía actual. Pensar sin certezas.)


El otro día me colgué con esa frase y me salió un faaaaaaaaaaa del alma que, supongo, di por sentado estar ante una genialidad.
Pero como sucede casi siempre, después del primer faaaaaaaaaaa, aparece el clásico ¿eeeeeeh?

Y como me sucede también todas las veces, cuestioné a mi faaaaaaaaa sin piedad hasta destruirlo. Ahí, caí en la cuenta que el hemisferio izquierdo de mi cerebro no cuestionaba la frase en sí, más bien me exigía un poco de honestidad, con el archiacostumbrado eco de sus ¿qué, quién, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué? que arruina todos los faaaaaaaaa de mi vida. Siempre.

El hemisferio derecho de mi cerebro, recontrarepodrido de las bravuconadas del compañero izquierdo se vio obligado a reconocer que no había entendido ni medio el significado de enunciados performativos. Razón por la cual, obligada por la circunstancia, busqué en internet la confirmación, una vez más, de la ilimitada ignorancia que padezco. Y ahí descubrí, que los enunciados performativos son uno de los tipos posibles de enunciados descritos por John Langshaw Austin, filósofo del lenguaje en su obra “Cómo hacer cosas con palabras”, en la que se recogía de modo póstumo su teoría de los actos de habla.

Sinceramente, no entendí un pomo, cuando la razón interviene la desgracia me sucede. Seguí buscando algo menos complicado de entender y encontré que la palabra “performativo” tiene como significado que “por el mismo hecho de ser nombrada se convierte en acción”.

En otro sitio encontré que el fulano filosofo del lenguaje, J.L. Austin, definía las palabras performativas como “realizativas”, y en su obra póstuma “Como hacer cosas con palabras”, lo define textualmente como “el acto de expresar la oración es realizar una acción, o parte de ella, acción que a su vez no sería normalmente descrita como consistente en decir algo“.

También se entiende como “performativo” la acción de “transformar”.
Pero en el diccionario no aparece…

La verdad, a esta altura de los acontecimientos, ya ni me acuerdo lo que leí, la frase es una porquería, la filosofía una mierda y el hemisferio izquierdo de mi cerebro, un psicópata perverso.




©Todos los derechos son míos y los izquierdos también.
La foto no, la foto es de © Esther Havens

Azul Francia...








Ilustración: Ana de los Ángeles Morra (también conocida como porcelanita) Diseñadora Gráfica y Docente. Buenos Aires, Argentina.
https://www.porcelanita.com.ar/

Me construiré una balsa y me iré a naufragaaaaaaaaaaaar



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